La situación de los migrantes sudamericanos en Quintana Roo ha puesto en evidencia las difíciles condiciones en las que muchos se ven obligados a trabajar. Atraídos por las oportunidades laborales en la región, cientos de migrantes han optado por quedarse en el estado, pese a las dificultades económicas que enfrentan para regularizar su estancia. Ante esta situación, muchos recurren a los llamados “polleros” para obtener documentos falsos mexicanos que les permitan acceder a un empleo.
Juan Manuel H., un migrante salvadoreño, compartió cómo tuvo que pagar cinco mil pesos para recibir una identificación mexicana falsa, con la advertencia de no utilizarla en elecciones. A pesar de este riesgo, su necesidad de trabajo es tan urgente que acepta laborar con sueldos hasta 30% menores y sin beneficios, como seguro social.
Los sindicatos en Cancún han reportado un aumento de trabajadores centroamericanos en la construcción, donde se detecta la práctica de salarios inferiores y sin prestaciones, lo que afecta tanto a los trabajadores migrantes como a la fuerza laboral local.
Las empresas, conscientes de esta problemática, han tenido que intensificar los procesos de selección para verificar la autenticidad de los documentos. Marilyn Torres Leal, presidenta de Cisvac, señala que semanalmente atienden a decenas de migrantes que buscan regularizarse a través de la tarjeta de residencia humanitaria, un trámite que puede costar hasta diez mil pesos.
Según encuestas de organizaciones civiles, muchos migrantes consideran que su experiencia laboral no es valorada y la mayoría afirma no recibir prestaciones. Esta situación pone de relieve los retos que enfrenta Quintana Roo en materia de migración y condiciones laborales.