A un día del undécimo aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, la tensión escaló en el Campo Militar 1, en el Estado de México, donde manifestantes encapuchados derribaron la puerta principal con un camión de carga y posteriormente lo incendiaron.
El grupo exigía al Ejército mexicano la entrega de 800 folios de la Secretaría de la Defensa Nacional, señalados como documentos clave sobre el monitoreo castrense durante la noche del 26 de septiembre de 2014, cuando desaparecieron los estudiantes en Iguala, Guerrero.
La movilización comenzó al mediodía de ayer jueves con la presencia de padres de los normalistas y simpatizantes, quienes denunciaron la falta de avances en las investigaciones y la retención de información por parte de las Fuerzas 4rm4d4s. Con tres embestidas en reversa, el camión logró derribar los portones del complejo militar; al quedar varado, fue incendiado, mientras se lanzaban petardos hacia el interior.
Aunque el ataque dejó cuantiosos daños materiales, autoridades confirmaron que no hubo heridos.
El reclamo central es la transparencia militar. Los familiares insisten en que los archivos pendientes podrían contener datos cruciales sobre la participación y el conocimiento del Ejército la madrugada de los hechos. La presidenta Claudia Sheinbaum ha señalado que ya fueron entregados los expedientes bajo resguardo del Estado Mayor Presidencial, pero tanto los padres como el GIEI cuestionan la integridad de la información.
El incidente en el Campo Militar 1 representa un punto de quiebre en la exigencia de verdad y justicia, colocando en el centro del debate nacional la responsabilidad del Ejército y la obligación del Estado mexicano de esclarecer uno de los casos más emblemáticos de desaparición forzada en el país.