Con el objetivo de fortalecer la conservación de uno de los ecosistemas más valiosos del Caribe mexicano, estudiantes de Ingeniería Ambiental de la Universidad del Caribe (Unicaribe) participaron en su primera expedición a la Reserva de la Biósfera Sian Ka’an, donde realizaron labores de monitoreo ambiental y restauración del manglar.
El trabajo de campo se desarrolló en El Playón, frente a la comunidad de Punta Allen (Javier Rojo Gómez), una zona clave en la recuperación del manglar rojo que ha perdido más de 500 hectáreas desde 1982, tras la construcción de un camino de terracería que interrumpió el flujo natural de agua.
Gracias al esfuerzo conjunto de la Asociación Amigos de Sian Ka’an, la comunidad de Xhazil Sur y la CONANP, se han logrado recuperar al menos 100 hectáreas mediante la rehabilitación de flujos hidrológicos, la construcción de centros de dispersión y programas de reforestación.
En esta nueva etapa, la Unicaribe se sumó como aliada para fortalecer el monitoreo ambiental, fundamental para medir los avances de la restauración y garantizar la permanencia de los beneficios ecológicos a largo plazo.
Durante la expedición, los estudiantes realizaron mediciones de hidrología, análisis de flujos de carbono y evaluaciones de regeneración natural del manglar, en un ejercicio que combinó formación académica con investigación científica y colaboración comunitaria.
“El manglar es un ecosistema vital que protege nuestras costas, sirve de refugio a cientos de especies y captura grandes cantidades de carbono, lo que contribuye directamente a mitigar el cambio climático”, destacó la Universidad del Caribe en un comunicado.
En la jornada participaron docentes, especialistas en hidrología y captura de carbono, así como investigadores invitados de la Universidad Estatal de Minas Gerais, Brasil. También colaboraron el biólogo Alonso A. Serna Medina y el maestro en ciencias Israel E. Ortiz Ponce, de la Asociación Amigos de Sian Ka’an.
La participación estudiantil en estos proyectos refuerza la alianza entre instituciones educativas y organizaciones ambientales, además de brindar a los futuros ingenieros experiencia práctica en campo, mientras contribuyen a la conservación de un patrimonio natural reconocido por la UNESCO como Reserva de la Biósfera.