En México, recorrer las carreteras ya no solo implica llegar a destino, también puede ser cuestión de vida o mu3rt3. Así lo demostró un trailero que, en un acto desesperado pero valiente, se rehusó a ser una víctima más del crim3n 0rg4niz4do.
Eran las 22:20 horas del miércoles cuando, en el kilómetro 98+200 de la súper carretera Cuacnopalan-Oaxaca, un tráiler fue interceptado por un vehículo compacto, color guinda, del que descendieron varios sujetos 4rm4d0s. Sin pensarlo dos veces, el operador decidió defender su vida de la única manera que tenía a la mano: aceleró y 4rremetió contra los delincuentes.
La escena fue digna de una película de acción. En lugar de frenar y ceder ante las 4m3nazas, el chofer embistió al vehículo atacante, provocando que éste quedara prácticamente destrozado. Los 4gr3sores, al verse superados, escaparon entre la oscuridad del monte, dejando atrás 4rm4s, rastros de sangre y el miedo que sembraron.
Milagrosamente, el operador resultó ileso. Su tráiler, sin embargo, terminó con daños severos. Elementos de la Guardia Nacional llegaron al lugar minutos después, cuando los 4t4c4ntes ya se habían fugado, como ocurre en la mayoría de estos casos.
Este hecho ha dividido opiniones: algunos lo ven como un héroe moderno que se negó a ser silenciado; otros opinan que tomó una decisión extrema que pudo costarle la vida. ¿Hasta dónde tiene que llegar un ciudadano para sobrevivir en este país?Mientras las autoridades emiten comunicados y presumen operativos, los traunsentes verdaderos guerreros del asfalto continúan enfrentando solos una gu3rr4 que no les corresponde.
“Si no me defendía, no estaría contando esto”, habría dicho el operador, según testigos. Hoy, su grito de resistencia resuena más fuerte que nunca:
“¡Me van a m4t4r… pero ustedes se van conmigo!”