Yucatán – Julián Cardeña Nicoli, extrabajador de la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY), estremeció las redes sociales al anunciar su renuncia definitiva tras 11 años y 3 meses de servicio sin lograr una base, a pesar de haber estado en la primera línea de batalla durante la pandemia de COVID-19.
“Nos mandaron al COVIDtario del siglo XXI con la promesa de una base, pero lo único que nos dieron fue más trabajo”, declaró Julián en una publicación que rápidamente se hizo viral.
A través de su mensaje, el profesional de la salud expresó el hartazgo de miles: contratos precarios, nulas oportunidades de crecimiento, indiferencia institucional y un sueldo que jamás mejoró.
“Ya era muy agobiante ir a rogar… Nadie me escuchó, a nadie le importó mi situación”, escribió con valentía.
Pero esta no es una historia de derrota. Julián encontró su propia luz: ahora regresará a su pasión por la venta de lechón al horno, y sobre todo, a disfrutar de lo más valioso: su familia.
“Hoy tengo paz. Hoy llevo a mi hijo a la escuela, medito, planifico y respiro libertad”, finalizó.
Esta historia no solo revela el abandono institucional, sino también la fuerza de quienes, pese a todo, siguen adelante. ¿Cuántos más están en la misma situación? ¿Cuántas promesas rotas se esconden tras los aplausos de la pandemia?