Kiev/Moscú.- El conflicto entre Ucrania y Rusia alcanzó un nuevo nivel de tensión tras el uso, por primera vez, de misiles balísticos ATACMS por parte del ejército ucraniano contra territorio ruso. El Ministerio de Defensa ruso confirmó que cinco misiles fueron interceptados, mientras que un sexto impactó en una instalación militar en Briansk, sin causar daños materiales ni heridos.
Según fuentes militares ucranianas, el ataque tuvo como objetivo una instalación militar en la ciudad de Karáchev, región de Kursk, fronteriza con Ucrania. Esta acción marca un cambio estratégico significativo, autorizado por Washington, en el uso de armamento de largo alcance suministrado a Kiev.
El Kremlin reaccionó de inmediato, advirtiendo que este at4que representa una escalada peligrosa y que cualquier implicación de misiles de largo alcance en territorio ruso sería vista como una participación directa de Estados Unidos en las hostilidades. María Zajárova, portavoz de la diplomacia rusa, aseguró:
“La respuesta de Rusia será apropiada y se dejará sentir”.
Tensiones internacionales en aumento
La decisión estadounidense de permitir el uso de los misiles ATACMS se habría tomado en respuesta al despliegue de tropas norcoreanas en apoyo a Moscú, según reportes de The New York Times y The Washington Post. Se estima que alrededor de 11,000 soldados norcoreanos estarían combatiendo en la región de Kursk, parcialmente controlada por Ucrania.
En paralelo, el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, instó en la cumbre del G20 a respaldar la soberanía ucraniana, mientras los países miembros manifestaron su apoyo a una “paz justa y duradera”. Sin embargo, el uso de estos misiles deja en evidencia un giro estratégico a semanas de que Donald Trump, crítico de la ayuda militar a Ucrania, tome posesión nuevamente.
El conflicto, que también afecta a civiles, tuvo un nuevo episodio en Odesa, donde un ataque ruso dejó 10 mu3rtos tras un bombardeo masivo a la infraestructura energética de Ucrania.