La alcaldesa de Acapulco, Abelina López Rodríguez, enfrenta una ola de críticas tras difundirse en redes sociales una imagen en la que porta un collar de lujo valuado en aproximadamente 227 mil pesos, perteneciente a la exclusiva firma francesa Van Cleef & Arpels.
El hecho ha generado indignación ciudadana y un intenso debate sobre la congruencia y la ética en el ejercicio público, especialmente en un municipio que atraviesa graves problemas de inseguridad, deficiencias en servicios básicos y rezagos en reconstrucción tras recientes desastres naturales.
Durante una entrevista, la edil justificó la joya afirmando que “fue un regalo del pueblo” y que no tenía culpa “de que la amen y le obsequien cosas”.
“Yo no tengo la culpa de que me quieran. Es un regalo, y lo recibo con cariño”, declaró López Rodríguez.Sin embargo, sus palabras encendieron aún más el malestar social, pues contrastan con su discurso de austeridad y cercanía con la gente, bandera política que impulsó su administración.
Analistas y ciudadanos consideran que el gesto evidencia una desconexión con la realidad social del puerto, donde miles de familias viven en condiciones precarias.
Más allá del valor material, el incidente ha sido interpretado como una muestra de insensibilidad y falta de prudencia en el manejo de la imagen pública.
De acuerdo con especialistas en transparencia, el caso podría incluso tener implicaciones legales y administrativas, ya que la normativa mexicana prohíbe a los funcionarios aceptar regalos cuyo valor pueda considerarse excesivo o comprometer su imparcialidad.
Mientras tanto, en redes sociales, el tema se ha viralizado, reflejando la creciente inconformidad ciudadana y la crisis de imagen que enfrenta la alcaldesa.






