La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó este viernes que bebidas conocidas como “rehidratantes”, incluyendo a marcas como Electrolit, podrían estar sujetas a impuestos especiales, equiparables a los que ya se aplican a refrescos y otras bebidas azucaradas.
Durante su conferencia matutina, la mandataria indicó que todas las bebidas que sean consideradas como potencialmente dañinas para la salud por su contenido de azúcares añadidos, estarán sujetas al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS). “Será la Secretaría de Salud quien determine qué productos deberán incluirse en esta categoría”, precisó.
Este anuncio se da en el contexto del Paquete Económico 2026, que contempla un aumento del IEPS de 1.64 a 3.08 pesos por litro, es decir, un incremento del 87%. La medida forma parte de una estrategia nacional enfocada en prevenir enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión, ligadas al consumo excesivo de azúcar.
La polémica surge porque Electrolit está registrado como medicamento (suero oral) y, hasta ahora, ha estado exento del pago de IEPS e IVA. Sin embargo, autoridades argumentan que estos productos contienen alrededor de 5 gramos de glucosa por envase, lo que justificaría su inclusión en la nueva política fiscal.
Sheinbaum respaldó la decisión citando estudios y encuestas. Según datos presentados, el 49% de los mexicanos dejaría de consumir refrescos si aumentan su precio por impuestos, mientras que el 37% reduciría su consumo. “Está científicamente demostrado que el exceso de bebidas azucaradas afecta gravemente la salud”, señaló.
Los recursos recaudados se destinarán directamente a programas de atención para enfermedades crónicas no transmisibles, especialmente aquellas relacionadas con el exceso de azúcar.
Sin embargo, el debate ya se instaló en la opinión pública. Especialistas como el médico Alejandro Macías han expresado preocupación sobre equiparar bebidas registradas como medicamentos con productos ultraprocesados, advirtiendo posibles efectos negativos en pacientes que realmente las necesitan para rehidratación.
Por ahora, la propuesta permanece en discusión dentro del Congreso, y podría modificarse antes de su aprobación final. Lo que sí está claro es que la definición de qué es una bebida saludable está entrando a una nueva etapa de escrutinio tanto legal como científico