El coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila, descartó que avance la polémica iniciativa conocida como “Ley Anti Stickers”, la cual proponía sancionar con hasta seis años de prisión la creación y difusión de memes o imágenes generadas con inteligencia artificial (IA) sin consentimiento.
Durante un encuentro con medios, Monreal fue enfático al rechazar la propuesta presentada por el diputado Armando Corona Arvizu, también integrante de Morena, y aseguró que la medida no prosperará en el Congreso.
“No, yo estoy en contra de todo eso. Es una iniciativa como hay muchas que se presentan aquí con ingenio, creatividad y hasta un poco de mal humor, pero no va a pasar, se lo digo desde ahora”, afirmó el legislador.
El coordinador parlamentario subrayó que todos los diputados, sin distinción de partido, tienen derecho a presentar iniciativas, aunque no todas cuentan con el mérito o viabilidad suficiente para ser aprobadas.
“Yo no la votaría a favor, a pesar de que es un compañero mío. No se ha discutido en el grupo, pero él tiene el derecho de presentarla, pero no”, puntualizó Monreal.
Defensa de la libertad de expresión
El morenista insistió en que el Congreso no debe aprobar leyes que comprometan la libertad de expresión ni las garantías individuales, advirtiendo que las reformas legales deben ser progresistas y ampliar derechos, no restringirlos.
“Las leyes deben ampliar libertades, no limitarlas. No podemos retroceder en materia de derechos humanos”, señaló.
Una iniciativa que desató polémica
La propuesta de Corona Arvizu, bautizada en redes como “Ley Anti Stickers”, provocó una ola de críticas y burlas debido a que planteaba castigos penales por la creación o difusión de memes, incluidos aquellos hechos con IA, sin autorización de la persona retratada.
En contraste, Monreal reiteró su postura a favor de la creatividad, el humor y la libre expresión en entornos digitales, destacando que el Congreso debe proteger la expresión artística y el derecho a la sátira, elementos esenciales del debate democrático.
“La inteligencia artificial debe regularse, sí, pero sin criminalizar la creatividad ni el humor social”, concluyó.