Autoridades sanitarias confirmaron el primer caso humano de infestación por gusano barrenador del Nuevo Mundo (Cochliomyia hominivorax) en Estados Unidos. El paciente, originario de Guatemala, recibió atención médica especializada en Maryland, lo que encendió las alarmas en el sector salud y en la industria ganadera.
El gusano barrenador es la larva de una mosca que se desarrolla en heridas abiertas de mamíferos, alimentándose de tejido vivo. Aunque los casos en humanos son poco frecuentes, la infestación puede ser grave e incluso m0rt4l si no se trata a tiempo.
El paciente fue sometido a un procedimiento de extracción manual de larvas y limpieza profunda de las lesiones, con lo cual se logró controlar la infección y evitar complicaciones mayores.
El hallazgo ocurre en un contexto crítico: desde 2023 la plaga avanza desde Centroamérica hacia el sur de México, generando preocupación en la región fronteriza. La presencia de un caso humano en EE. UU. marca un precedente y obliga a reforzar la vigilancia epidemiológica.
Las autoridades advirtieron que el gusano barrenador no solo es un riesgo sanitario, sino también una amenaza económica, pues puede provocar pérdidas millonarias en la ganadería debido a la mortandad de animales y los altos costos de control.
El gobierno estadounidense evalúa reactivar un programa de Técnica del Insecto Estéril (TIE), que consiste en liberar moscas macho esterilizadas para impedir la reproducción. Este método ya fue aplicado con éxito en Norteamérica en el siglo pasado, lo que permitió erradicar temporalmente la plaga.
El caso en Maryland es un recordatorio de que enfermedades parasitarias olvidadas pueden resurgir bajo condiciones propicias. La rápida atención médica salvó al paciente, pero el verdadero reto será contener la propagación y evitar que el gusano barrenador se convierta en una amenaza de gran escala para la salud pública y la producción agropecuaria en Estados Unidos y países vecinos.