La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) ha confirmado que el objeto denominado 3I/ATLAS es, en efecto, un cometa interestelar.
Esta sorprendente revelación implica que 3I/ATLAS se formó fuera de nuestro sistema solar, en algún punto lejano de la galaxia, y fue expulsado de su sistema de origen hacia el espacio interestelar, desde donde ha viajado durante millones (o incluso miles de millones) de años e otro shasta ingresar recientemente al vecindario solar.
El cometa ha estado desplazándose desde la dirección general de la constelación de Sagitario, región que coincide con el centro de la Vía Láctea. Fue detectado cuando se encontraba a unos 670 millones de kilómetros del Sol, ya dentro de la órbita de Júpiter.
De acuerdo con la NASA, 3I/ATLAS no representa una amenaza para la Tierra. Su aproximación más cercana al planeta será de aproximadamente 270 millones de kilómetros, es decir, 1.8 unidades astronómicas (UA). El perihelio, o punto más cercano al Sol, ocurrirá alrededor del 30 de octubre de 2025, cuando el cometa se ubique a una distancia de 1.4 UA, justo dentro de la órbita de Marte.
Científicos de todo el mundo ya se encuentran estudiando el tamaño, la composición y otras propiedades físicas del cometa. Se espera que 3I/ATLAS permanezca visible para telescopios terrestres hasta septiembre de 2025, momento en que se aproximará demasiado al Sol y quedará temporalmente oculto. No obstante, los astrónomos podrán reanudar las observaciones a partir de diciembre de ese mismo año, cuando el cometa reaparezca en el lado opuesto del astro rey.
Este hallazgo convierte a 3I/ATLAS en el tercer objeto identificado como proveniente del espacio interestelar, después del asteroide ʻOumuamua en 2017 y el cometa 2I/Borisov en 2019, marcando un nuevo hito en la exploración y comprensión del universo más allá de nuestro sistema solar.