Washington, D.C. – En un giro que ha encendido polémica internacional, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, nominó formalmente al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para el Premio Nobel de la Paz, argumentando que “lo merece” por sus recientes b0mb4rde0s contra instalaciones nucleares en Irán, que según ambos mandatarios, lograron “restablecer la paz” en la región.
El anuncio se dio durante una cena oficial en el Salón Azul de la Casa Blanca, donde ambos líderes celebraron lo que calificaron como una “victoria histórica” sobre el régimen iraní, tras la llamada Operación Martillo de Medianoche, un ataque coordinado que destruyó complejos nucleares clave en Fordow, Natanz e Isfahan mediante el uso de bombas antibúnker de más de 13 toneladas.
“Quiero presentarle, señor presidente, la carta que envié al comité del Premio Nobel. Es una nominación suya para el Premio de la Paz, que es bien merecido y debería recibirlo”, declaró Netanyahu ante las cámaras. Trump, visiblemente complacido, respondió: “No lo sabía. Que venga de usted, lo hace muy significativo”.
El b0mb4rd3o, que provocó la muerte de cientos de iraníes según reportes no oficiales, generó una suspensión temporal de hostilidades entre Teherán y Tel Aviv, en lo que Trump bautizó como la “Guerra de los 12 días”. Desde entonces, ambos países mantienen un alto el fuego inestable. Sin embargo, organizaciones internacionales han advertido que la escalada puede reanudarse en cualquier momento, mientras crece la tensión en la región.
La nominación ha sido duramente criticada por diversos sectores. Analistas califican de “cínico” y “provocador” el intento de premiar con una distinción por la paz a un líder por lanzar una ofensiva militar de gran escala. Voces dentro del propio Comité Nobel, bajo condición de anonimato, calificaron la propuesta de “insólita”.
Durante el encuentro, Trump y Netanyahu también abordaron el conflicto en Gaza. Trump se dijo optimista sobre un posible alto el fuego de 60 días entre Israel y Hamás, mientras que el primer ministro israelí reafirmó su rechazo a una solución de dos Estados. “Los palestinos pueden autogobernarse, pero la seguridad estará siempre en nuestras manos”, sentenció Netanyahu.
En cuanto al futuro del enclave gazatí, el líder israelí no descartó el desplazamiento forzoso de su población para convertir la Franja de Gaza en un destino turístico de lujo, refiriéndose a ello como una “visión privilegiada” que brindaría libertad de elección a los palestinos.
“Si quieren irse, deberían poder hacerlo. Si quieren quedarse, también. No debería ser una prisión”, declaró.
En la misma cena, Trump aprovechó para anunciar un giro en su política hacia la guerra en Ucrania. A pesar de haber suspendido recientemente el envío de misiles Patriot y otros recursos militares, ahora prometió reactivar la ayuda armamentística. “Vamos a enviar más armas. Tienen que poder defenderse. Están siendo golpeados muy fuerte”, afirmó, en un mensaje dirigido tanto a Kyiv como al Kremlin.
Este anuncio llega después de una llamada telefónica con el presidente ruso Vladimir Putin, con quien Trump ha presumido mantener una relación cercana, aunque esta vez dijo estar “nada contento” con él por el nulo avance hacia la paz en Europa del Este.
La nominación de Trump al Nobel de la Paz ha generado indignación a nivel internacional, especialmente en sectores diplomáticos, organizaciones humanitarias y la opinión pública. La aparente contradicción de celebrar bombardeos masivos mientras se invoca el nombre de la paz ha sido blanco de críticas en foros globales, medios y redes sociales.
Mientras tanto, el Comité Noruego del Nobel aún no ha emitido ninguna postura oficial sobre la carta enviada por Netanyahu.Un Nobel rodeado de escombros, fuego cruzado y geopolítica explosiva.