México ha dado un paso histórico en la protección animal al aprobar la reforma al artículo 60 Bis de la Ley General de Vida Silvestre, que prohíbe los espectáculos con mamíferos marinos y su reproducción en cautiverio, marcando así el inicio del fin para los delfinarios en el país. La gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama Espinosa, confirmó que esta será la última generación de delfines bajo cuidado humano con fines recreativos.
“La prohibición de la reproducción de delfines fue aprobada. México se sumó a esta iniciativa que ya siguen países como Costa Rica y Chile. Esta será la última generación”, afirmó la mandataria, quien destacó que esta decisión deriva de compromisos internacionales asumidos por el Estado mexicano.
La reforma tiene un impacto directo y significativo en Quintana Roo, estado que alberga 17 de los 34 delfinarios registrados a nivel nacional, y que durante años ha sido epicentro de debates sobre turismo, conservación y derechos animales.
En previsión a este cambio legislativo, el gobierno estatal comenzó desde hace meses a trazar rutas técnicas y jurídicas para una transición ordenada. Así lo informó Óscar Rébora, titular de la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (SEMA), quien indicó que se ha trabajado de forma coordinada con expertos y representantes de los centros de mamíferos marinos.
“Los delfinarios deben migrar hacia un nuevo esquema: no más captura, no más compra, no más reproducción de mamíferos marinos. Deben prepararse para un cierre progresivo, basado en el respeto a los derechos animales y las nuevas disposiciones legales”, señaló.
Desde finales de 2024 ya se vislumbraba este escenario, luego de que se reformara el artículo cuarto constitucional, que prohíbe el uso de ejemplares de vida silvestre en espectáculos lucrativos.
Por su parte, la Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos (AMHMAR), que agrupa a los delfinarios del país, emitió un comunicado en el que reconoce que los espacios ya registrados podrán seguir operando, pero sin posibilidad de reproducir ni incorporar nuevos ejemplares, lo que implica una fecha de caducidad natural para sus operaciones.
La AMHMAR advirtió que prohibir la reproducción sin fines de conservación puede ser contraproducente, pues podría obstaculizar el manejo ético y científico de los ejemplares bajo cuidado humano. No obstante, la nueva legislación establece que los delfines no serán separados ni reubicados, garantizando su bienestar y preservación de vínculos sociales.
Con esta reforma, México y Quintana Roo entran en una nueva era de respeto animal, donde el turismo y el entretenimiento deberán encontrar caminos sustentables que no comprometan la vida ni la dignidad de otras especies.