En medio de protestas ciudadanas por la defensa del acceso libre a las playas y al Parque Nacional del Jaguar, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) recibió una nueva solicitud de Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) en modalidad Particular para la operación de un complejo turístico de hospedaje, alimentación, spa y club de playa, dentro de un predio de más de 35 mil metros cuadrados, localizado en el área protegida del Parque Nacional Tulum.
Proyecto:
Operación de obras existentes, consistentes en un establecimiento comercial de hospedaje, alimentación, spa y club de playa.
Ubicación:
Establecimiento denominado El Paraíso Tulum, manzana 003, lotes 001 y 002, carretera costera Tulum–Boca Paila km 1.00, dentro del Parque Nacional de Tulum.
Promovente:
Comercializadora Ivera, S.A. de C.V.
Este nuevo trámite ha encendido las alarmas entre colectivos ciudadanos, ambientalistas y defensores del territorio, quienes han denunciado que este tipo de proyectos —aunque se presenten como “regularizaciones”— reflejan un proceso de privatización silenciosa de la costa y del acceso a recursos naturales que deberían ser públicos.
“Mientras la ciudadanía exige acceso gratuito y justo al Parque Jaguar, las autoridades analizan solicitudes para hoteles y clubes privados dentro de áreas naturales protegidas. ¿De qué conservación hablamos cuando se permite la operación de spas y restaurantes en pleno parque nacional?”, cuestionó una activista local durante una manifestación reciente.
En paralelo, han aumentado las manifestaciones en Tulum contra el cobro de entrada al Parque Nacional Jaguar, un área destinada originalmente a la conservación y el acceso comunitario. Hoy, múltiples voces denuncian que los intereses turísticos están desplazando los derechos de la población local y el acceso libre a las playas, un derecho reconocido constitucionalmente.
La aprobación de este proyecto podría sentar un precedente delicado: legitimar con trámites ambientales proyectos ya operando en zonas protegidas, en lugar de frenar su expansión. Todo esto mientras Tulum enfrenta un colapso ecológico derivado de la urbanización desmedida, falta de agua, y desechos mal manejados.