Matamoros, Tamaulipas.— Restos del cohete Starship, perteneciente a la empresa aeroespacial SpaceX del magnate Elon Musk, comenzaron a arribar desde el pasado sábado 31 de mayo a Playa Bagdad, generando preocupación entre ambientalistas, pescadores y autoridades locales por el severo impacto ambiental que esto podría provocar en la región.
El ambientalista Jesús Elías Ibarra Rodríguez advirtió que los fragmentos, entre ellos 12 tanques de aproximadamente 4,500 libras, representan un riesgo crítico para el ecosistema marino, además de poner en peligro a embarcaciones y afectar directamente a las familias que viven de la pesca.
> “Esto pone en alto riesgo a todo el ecosistema marino, genera un impacto negativo en las familias pescadoras y representa un peligro para embarcaciones que podrían colisionar con los tanques dispersos en el mar”, alertó Ibarra.
Durante la inspección de los restos, el equipo ambientalista logró identificar etiquetas con el nombre de SpaceX, confirmando que se trata de partes del propulsor del cohete Starship, lanzado el pasado 27 de mayo a las 18:30 horas desde Boca Chica, Texas.
De acuerdo con información oficial, el cohete estaba conformado por un propulsor de 200 toneladas y una nave no tripulada, que se separó en el aire durante el vuelo de prueba. El propulsor cayó en el Golfo de México, generando una explosión y la consecuente dispersión de miles de fragmentos de basura aeroespacial, los cuales ahora llegan a las costas mexicanas.
Autoridades ambientales y organizaciones civiles exigen una respuesta inmediata por parte de SpaceX, así como la intervención del gobierno federal para contener el daño ecológico y establecer responsabilidades sobre la contaminación provocada.
El caso ha despertado inquietud entre diversos sectores por la falta de protocolos internacionales eficaces que regulen el impacto de las pruebas aeroespaciales sobre territorios y ecosistemas ajenos.