Alerta por sargazo en Quintana Roo: las playas pierden su azul

El mar Caribe amaneció distinto. Las tonalidades turquesa que normalmente deslumbran a locales y turistas fueron cubiertas por una franja espesa y marrón que se extiende a lo largo de la Riviera Maya. Es el sargazo, una macroalga flotante que, por quinto año consecutivo, vuelve a convertirse en el protagonista no deseado de la temporada alta en el Caribe mexicano.

La Red de Monitoreo del Sargazo reportó este fin de semana que 95 playas del estado registran presencia de sargazo, de las cuales al menos 28 se encuentran en alerta roja por alta concentración. Entre las más afectadas están zonas turísticas como El Recodo, Punta Piedra, Gaviota Azul, Xcalacoco y partes de Puerto Morelos.

En Playa del Carmen, trabajadores municipales retiran la alga con palas desde las primeras horas del día. “Es un trabajo que no se detiene. Apenas lo quitamos y vuelve a llegar”, comentan los empleados de limpieza de zona federal. “Esto ya no es temporal, es permanente”, dice con resignación.

El arribo masivo no solo afecta la imagen de los destinos más visitados del país, sino también el sustento de miles de personas. Hoteleros, restauranteros y operadores turísticos reconocen que las cancelaciones aumentan conforme crece la mancha café en la costa. “Muchos huéspedes cambian de destino al ver cómo están las playas”.

La Secretaría de Marina, junto con el Gobierno del Estado, ha implementado la Operación Sargazo 2025, que contempla barreras de contención, embarcaciones especializadas y brigadas en tierra. Sin embargo, ambientalistas consideran que las medidas son reactivas y no atacan el problema de fondo.

“Estamos enfrentando un fenómeno vinculado al cambio climático, al aumento de nutrientes en el mar y al calentamiento del Atlántico. Es una alerta ecológica y no solo turística”, explica en entrevista Esteban Amaro, director de la Red de Monitoreo del Sargazo. Se estima que durante este año podrían llegar más de 400 mil toneladas de sargazo a las costas mexicanas, una cifra sin precedentes.

En medio del panorama incierto, surge una alternativa: el aprovechamiento del sargazo con enfoque sustentable. Proyectos locales exploran su uso en la fabricación de bloques, papel, fertilizantes e incluso bioplástico. El Gobierno Estatal anunció recientemente la creación de un Centro Integral de Economía Circular, que buscará transformar esta crisis ambiental en una oportunidad económica.

Mientras tanto, el mar sigue llegando a la orilla, pero no como antes. La belleza natural persiste, pero ahora se mezcla con el olor ácido y la textura áspera del sargazo acumulado. Quintana Roo, epicentro del turismo en México, enfrenta no solo una crisis ambiental, sino una urgente necesidad de adaptación.

“El Caribe nos está hablando, y lo hace con espuma café y aroma a advertencia. Depende de nosotros escuchar y actuar.”

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Acerca dE LOS AUTORES

Foto: Los Hermanos Caamal de la Última Nota.

Los Hermanos Caamal

Jesús y Carlos Caamal, originarios de Felipe Carrillo Puerto, capital de la Zona Maya, son hablantes nativos de maya. Carlos es licenciado en Derecho y Jesús en Ciencias de la Comunicación. Juntos, iniciaron el proyecto La Última Nota en 2016, que hoy se ha consolidado como un medio de comunicación ubicado en la ciudad que los vio nacer y desarrollarse como profesionistas.

En sus inicios, sus coberturas se limitaban a transmisiones en Facebook de noticias locales, como accidentes de tránsito y eventos policiales. La aceptación del público fue tan grande que actualmente cuentan con casi 330 mil seguidores, abarcando prácticamente todo el estado de Quintana Roo, especialmente la Zona Centro.

Los hermanos Caamal se han destacado en la comunidad de Felipe Carrillo Puerto por sus labores altruistas y sociales, promoviendo la cultura maya y fomentando el desarrollo social de la comunidad. Organizan los famosos Tianguis Nocturnos, que se llevan a cabo en diversas colonias populares de la ciudad.

Una de sus actividades más loables es “Regala una sonrisa”, una iniciativa que consiste en recaudar donativos de juguetes para Navidad, destinados a niños de zonas de alta marginación. Esta actividad, que comenzó en 2018, ha crecido año tras año, llegando a más niños cada vez.