Ciudad de México. — El gobierno de Estados Unidos anunció una inversión de 21 millones de dólares en México para combatir la propagación del gusano barrenador del ganado (GBG), una plaga que representa un riesgo para la sanidad animal y la economía agrícola de la región. Sin embargo, las restricciones a la importación de animales vivos desde México seguirán vigentes, al menos por ahora.
La noticia fue confirmada por Brooke L. Rollins, secretaria de Agricultura de EE.UU., durante una reunión bilateral con Julio Berdegué, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), en la que ambos funcionarios reafirmaron su compromiso para contener el avance del parásito al norte del continente.
Como parte de la estrategia, se renovará una planta de producción de moscas estériles en Metapa, Chiapas, lo que permitirá duplicar la capacidad de producción semanal, alcanzando entre 60 y 100 millones de insectos para ser liberados y reducir la reproducción del gusano.
“Dada la extensión geográfica del GBG, esta capacidad adicional será crucial para nuestra respuesta”, señaló Rollins.
La técnica de los insectos estériles, junto con operativos de vigilancia y controles de importación, ha sido la herramienta principal en la lucha contra esta plaga. Actualmente, hasta 44 vuelos semanales liberan 100 millones de moscas estériles, criadas en las instalaciones de la Comisión Panamá-Estados Unidos (COPEG).
Además, se prevé la construcción de una nueva planta en Chiapas, proyecto impulsado por México desde 2024 y recientemente aprobado por el gobierno estadounidense.
Pese al respaldo económico, las restricciones para la exportación de ganado mexicano seguirán evaluándose cada 30 días, y sólo serán levantadas si se comprueba la efectividad de las nuevas medidas. Para ello, una misión técnica del Departamento de Agricultura estadounidense visitará el país en los próximos días.
Por último, se implementará una estrategia de regionalización sanitaria, enfocada en mantener libre de GBG la zona norte de México, mediante inspecciones, vigilancia, control de movilización de ganado y tratamientos específicos.
Esta colaboración internacional representa un paso importante en la protección del sector ganadero y el comercio agropecuario entre ambos países, aunque las medidas de restricción seguirán vigentes mientras persista el riesgo sanitario.