La violencia contra las mujeres no se detiene, en lo que va del 2025, 55 mujeres han tenido que acudir al Centro Integral de Atención a las Mujeres (CIAM) en busca de apoyo, protección y justicia. Detrás de cada número hay una historia de miedo, de dolor… y de lucha.
Verónica Palomo Yam directora del área en el municipio expuso que del total de mujeres atendidas, 12 son menores de edad, víctimas también de un entorno que sigue fallando en protegerlas.
El CIAM ha brindado atenciones psicológicas, asesorías jurídicas y resguardo en el albergue, un refugio temporal donde muchas mujeres llegan huyendo de la vi0lencia, con lo poco que pueden cargar, escapando de quienes dicen amarlas.
Tres de estos casos ya fueron canalizados a la Fiscalía por violencia familiar, en coordinación con el GEAVIG, para darles seguimiento legal y garantizar que los agresores enfrenten consecuencias. Pero aún son demasiados los que se quedan en silencio, impunes.
Mientras la violencia siga siendo parte del día a día en los hogares, las instituciones como el CIAM seguirán siendo un último recurso para muchas. Pero no debería ser así. Las mujeres merecen vivir sin miedo.