Por Jesús Caamal
El reciente Parlamento Infantil, organizado por el @Congreso del Estado de Quintana Rooo, generó una ola de críticas entre artesanos y ciudadanos de la Zona Maya, quienes lamentaron profundamente que los trajes regionales utilizados por los niños no fueran elaborados por manos artesanas, sino que fueran productos industrializados y sublimados.
“Trajes regionales muy bonitos, pero qué tristeza que sean todos industrializados y las blusas sublimadas. No son artesanales”, expresó una artesana local visiblemente decepcionada.
Los señalamientos apuntan directamente al Congreso del Estado por desaprovechar la riqueza cultural y la habilidad de los numerosos maestros artesanos que existen en el estado, especialmente en las comunidades mayas. “Bien pudieron encargar los trajes a los artesanos de aquí, y así se hubiera apoyado la economía local y preservado el valor cultural auténtico de nuestras prendas”, insistieron.
Este tipo de decisiones no solo afectan al gremio artesanal, sino que también mandan un mensaje contradictorio en eventos que deberían exaltar la identidad cultural del estado y promover el trabajo hecho a mano por las comunidades originarias.
¿Qué opinas? ¿Debe el gobierno dar el ejemplo y consumir local, sobre todo cuando se trata de representar a la cultura maya?