Felipe Carrillo Puerto, 29 de abril de 2025. Eran exactamente las 12:30 del mediodía cuando la alarma se activó en las instalaciones del Conalep, ubicadas en la colonia Plan de Ayutla. Un sonido agudo rompió la rutina de clases en este plantel educativo, mientras la voz de los instructores comenzaba a guiar con firmeza la evacuación.
El simulacro de fuga de gas había comenzado.
En pocos segundos, los pasillos del plantel se llenaron de pasos apresurados, pero ordenados. Bajo la supervisión del personal docente, y con apoyo de Protección Civil y elementos de la Policía Municipal, 241 alumnos fueron evacuados hacia una zona segura. El reloj marcaba 4 minutos cuando el último estudiante se colocó en el punto de reunión establecido.
No hubo gritos, ni caos, solo concentración y una evidente disposición a cooperar. Las autoridades de emergencia se mantuvieron atentas durante toda la maniobra. Al frente de las acciones, el director de Bomberos, Neyro Cen, observaba cada movimiento, tomando nota del desarrollo del ejercicio.
Una vez controlada la situación simulada, los cuerpos de emergencia y personal del Conalep se reunieron para hacer una evaluación crítica del ejercicio. Ahí se analizaron aciertos y áreas de oportunidad, con la finalidad de mejorar la capacidad de respuesta en caso de que se presente una emergencia real.
Este simulacro no fue solo una práctica; fue una muestra de cómo la prevención y la coordinación pueden marcar la diferencia cuando el riesgo es real. En un mundo donde los desastres pueden ocurrir en cualquier momento, el entrenamiento y la conciencia son herramientas vitales.