Felipe Carrillo Puerto, Q. Roo — En un contexto donde las estadísticas advierten sobre la pérdida acelerada de las lenguas maternas, el idioma maya resiste y florece gracias a la voz de sus más jóvenes hablantes. Las redes sociales se han convertido en el nuevo escenario de revitalización lingüística, y los protagonistas son niños orgullosos de sus raíces.
Primero fue Ángelito, el Niño Mayarero, quien rompió esquemas en la Península de Yucatán al usar plataformas digitales para promover la lengua maya y su cosmovisión. Luego surgió Ariani, la Niña Mayera, ganando rápidamente el cariño del público por su carisma y compromiso cultural.
Ahora, desde la comunidad de Tuzik en Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, emergen con fuerza Yaabilaj y Guadalupe, conocidas ya como “las hermanas mayeras”. A través de videos donde comparten su vida cotidiana, tradiciones, vestimenta y, por supuesto, la lengua maya, estas pequeñas se están convirtiendo en referentes del fortalecimiento cultural en la Zona Maya.
Aunque sus contenidos aún no se han viralizado, su labor ya es ejemplo de resistencia lingüística. Su mensaje es claro: hablar maya es motivo de orgullo, no de vergüenza. Cada palabra compartida en redes es un acto de amor por su comunidad, una chispa que enciende la conciencia colectiva.
Estas infancias mayas nos recuerdan que el futuro de la lengua está en buenas manos.