El 12 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Artritis Reumatoidea, una enfermedad crónica y autoinmune que afecta a más de 18 millones de personas en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta patología, que afecta principalmente a mujeres, causa dolor, inflamación y limitación de movimiento en las articulaciones, y su detección temprana es clave para prevenir daños irreversibles.
El especialista Rodrigo García Salinas explica que existe una “ventana de oportunidad” en los primeros síntomas de la artritis reumatoidea. Un diagnóstico y tratamiento tempranos pueden detener la progresión de la enfermedad, mejorando significativamente la calidad de vida de los pacientes. Programas como Reuma-Check, en el Hospital Italiano, ofrecen diagnósticos integrales que permiten iniciar el tratamiento en fases tempranas, lo que aumenta las posibilidades de remisión.
Aunque no tiene cura, existen tratamientos como los antiinflamatorios no esteroides (AINEs) y los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME) que ayudan a controlar los síntomas. Acompañar el tratamiento médico con un estilo de vida saludable, que incluya ejercicio moderado y una dieta balanceada, es fundamental para mantener la movilidad.
La rehabilitación también juega un papel crucial, ayudando a los pacientes a mantener su actividad física y reducir el riesgo de discapacidad.