La detención de Pavel Durov, fundador de Telegram, en Francia, ha generado fuertes reacciones entre líderes tecnológicos y defensores de la libertad de expresión a nivel global. Figuras como Nayib Bukele, presidente de El Salvador, y Vitalik Buterin, creador de Ethereum, han expresado su preocupación por lo que consideran un grave atentado contra la libertad en el entorno digital.
Bukele, conocido por su postura a favor del Bitcoin, criticó duramente el arresto de Durov, calificando a El Salvador como un refugio para quienes defienden la libertad de expresión. “En nuestro país, nadie será censurado ni perseguido por ejercer su derecho a expresarse libremente”, aseguró el mandatario.
Vitalik Buterin, a pesar de su escepticismo previo sobre Telegram, también condenó el arresto. “La acusación parece estar basada en la negativa de entregar datos privados. Esto es alarmante para el futuro del software y la comunicación en Europa”, señaló Buterin.
Elon Musk, propietario de la red social X, también se unió al debate, cuestionando por qué gigantes como Instagram no enfrentan la misma presión, a pesar de los graves problemas que presentan. “¿Por qué Durov y no Zuckerberg?”, preguntó Musk en un polémico post.
El caso de Durov, que enfrenta acusaciones de terrorismo, narcotráfico y otros delitos graves, ha puesto en el centro del debate global la creciente tensión entre la privacidad digital y las normativas gubernamentales. Mientras la presión internacional crece, figuras como Chris Pavlovski, fundador de Rumble, y el activista Kim Dotcom han prometido luchar por la liberación de Durov, señalando un retroceso en las libertades fundamentales en Europa.