En un giro controvertido en el caso que ha marcado un capítulo oscuro en la historia de México, Mario Marín Torres, exgobernador de Puebla conocido como “El Gober Precioso”, fue liberado de la prisión de máxima seguridad de El Altiplano la noche del martes. Este hecho se produce tras la orden de Angélica del Carmen Ortuño Suárez, Jueza Tercera de Distrito en Quintana Roo, quien dictaminó que Marín continuara su proceso legal en prisión domiciliaria.
Marín, acusado de tortura y de proteger redes de trata infantil, abandonó la prisión bajo un operativo de seguridad que incluyó la intervención de la Guardia Nacional. A partir de ahora, Marín enfrentará su juicio desde su residencia en Puebla, bajo estrictas condiciones que incluyen el uso de un brazalete electrónico y la prohibición de obtener documentos de viaje.
La periodista Lydia Cacho, quien llevó a cabo las investigaciones que condujeron a la detención de Marín, expresó su profunda preocupación por su seguridad y la de su equipo. Cacho, autora del libro *Los Demonios del Edén*, que destapó la red de pedofilia y corrupción en la que Marín y otros personajes estaban involucrados, responsabilizó a la jueza Ortuño Suárez por cualquier posible agresión que pudiera sufrir, afirmando que Marín sigue representando una amenaza latente.
La liberación de Marín ha generado un fuerte debate en la opinión pública, reavivando las críticas hacia el sistema judicial y la impunidad que parece rodear a figuras políticas de alto perfil. Mientras Marín regresa a su hogar, el temor por la seguridad de quienes lucharon por justicia persiste, dejando una sensación de vulnerabilidad entre quienes han enfrentado el poder con valentía.