Una impactante revelación ha surgido en el corazón de Núremberg, Alemania, donde una excavación arqueológica destinada a un proyecto de construcción ha descubierto una fosa con alrededor de 1,500 esqueletos de víctimas de la Peste Negra.
El hallazgo, considerado el mayor de su tipo en toda Europa, consiste en ocho fosas comunes que datan de dos eventos separados de la temida enfermedad. Tres de estas fosas ya han sido completamente desenterradas, mientras que otras cuatro están programadas para ser examinadas en las próximas semanas, según un comunicado de In Terra Veritas, la empresa a cargo de la excavación.
La datación parcial por radiocarbono revela que algunos de los enterramientos datan desde finales del siglo XV hasta principios del siglo XVII. Además de los restos humanos, la excavación también ha desenterrado vestigios de una fortificación que data de la Guerra de los 30 años.
Una particularidad notable de los restos es el tono verdoso de los huesos, resultado de la presencia de óxidos metálicos, especialmente cobre, provenientes de antiguas fundiciones ubicadas en la zona.
Los enterramientos se dividen en dos grupos distintos. Uno de ellos se encuentra debajo de una capa de arena marrón oscuro que parece corresponder al suelo excavado durante la construcción de una fortificación en 1634, lo que sugiere que son anteriores a este evento. El otro grupo atraviesa esta capa, lo que indica que son más recientes.
La Peste Negra, una epidemia recurrente en Europa desde el siglo XIV, tuvo un impacto devastador en la población y la sociedad. En Núremberg, se registraron tres brotes importantes y varios más pequeños entre los siglos XVI y XVII, cobrando miles de vidas e inundando la ciudad con una cantidad de cadáveres que superaba la capacidad de los cementerios, lo que llevó a la excavación de fosas comunes en los alrededores. Este descubrimiento arroja luz sobre un período oscuro de la historia europea y su impacto duradero en la sociedad y la cultura.
