En la Ciudad de México, el florecimiento de las jacarandas es un evento anual muy esperado que anuncia la llegada de la primavera, publicó Excelsior.
Sin embargo, en los últimos tiempos, este fenómeno natural ha tomado un giro inesperado ya han empezado a florecer en pleno enero, lo que ha dado lugar a preocupaciones y preguntas sobre el cambio climático y sus efectos en la flora y fauna de la ciudad.
Los soplillos son famosos por sus hermosas flores moradas que llenan las calles y banquetas de la Ciudad de México en primavera.
Por lo general, el florecimiento de estas coincide con el aumento de las temperaturas que caracteriza a esta estación.
Pero cuando empiezan a florecer en enero, esto sugiere que las temperaturas del suelo están experimentando un descontrol.
El biólogo Marcelo Rodrigo Pace, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha advertido que este proceso no sólo afecta a las flores, sino a todo el ecosistema.
Las diferencias en el momento de florecimiento puede perturbar la cadena alimenticia y las interacciones entre las especies que dependen de este fenómeno natural.
Además, esta alteración en el ciclo vital de las jacarandas las vuelve vulnerables a plagas y enfermedades.
Este fenómeno también puede afectar las cadenas alimenticias que involucran a aves e insectos.
Las jacarandas desempeñan un papel crucial en el ecosistema de la Ciudad de México al proporcionar néctar que sustenta a algunas especies endémicas de la capital.
La pérdida de esta fuente de alimento podría tener consecuencias negativas en la biodiversidad local.
Para evitarlo, es necesario abordar la problemática de la contaminación que podría estar contribuyendo a estas alteraciones en el ciclo de las jacarandas.
Es importante destacar que la ciudad enfrenta el desafío de proteger no solo a estas emblemáticas flores, sino también a todo el ecosistema que depende de ellas.
Las jacarandas, originarias de Brasil, fueron introducidas en la Ciudad de México por dos empresarios jardineros japoneses entre 1920 y 1924. Desde entonces, las jacarandas se han convertido en un símbolo icónico de la Ciudad de México, y su florecimiento es esperado con gran anticipación, marcando el inicio de la primavera.
Pero el hecho de que estas hermosas flores estén floreciendo en enero plantea preguntas importantes sobre la salud de nuestro entorno natural y la influencia del cambio climático en los patrones de la naturaleza.
